Juan el Viejo ha vivido mucho pero sigue disfrutando de las cosas sencillas, que no le dan la oportunidad de aburrirse. Su voz transmite la poesía de una vida tranquila en un pequeño pueblo a orillas del mar... Maroliña tiene suerte de tener un abuelo que le cuente tantas cosas, la quiera entrañablemente y le deje un mensaje tan valioso para cuando él ya no esté a su lado.