ERNESTO DE LA VEGA PEMAS
Mi objetivo con este libro es promover un rol activo para con¬seguir una espalda saludable, basándome en evidencia científica y en la práctica con casos reales.
En este libro encontrarás las herramientas necesarias para que pue¬das ser el protagonista de tu situación en el camino hacia una espalda libre de dolor.
El dolor de espalda es multifactorial, hay muchas causas potencia¬les asociadas al dolor y en la mayoría de los casos no es posible identificar una única razón. Por eso es muy importante identificar los factores de riesgo para tenerlos en cuenta y poder evitar y/o manejar el dolor de espalda.
Antes el reposo era antes la indicación inicial, pero ahora sabemos que se responde mucho mejor al ejercicio físico (eso sí, pautado, adecuado y gradual), comparado con quedarse en reposo esperando a que pase el dolor.
En definitiva, te recomiendo realizar ejercicio físico ya que éste es superior a otras formas de tratamiento en el dolor lumbar crónico, debido a que va a intervenir sobre muchos factores (peso, descanso, confianza, reducción del miedo al movimiento) que se han visto determinantes en el resultado del tratamiento del dolor de espalda crónico.
Las terapias activas son las que han demostrado mayor eficacia y deben ser la base del tratamiento en el dolor de espalda.
Una inadecuada alimentación puede ocasionar la disfunción de un órgano. Por ejemplo, las disfunciones de intestino por intolerancias alimenta¬rias, irritaciones, etc.. pueden provocar rigidez en la zona dorso-lumbar, que, con el tiempo, a veces puede generar compromiso con raíces nerviosas.
Además, la afectación intestinal es una asociación bien conocida en espondiloartritis (enfermedad reumática inflamatoria), en donde la des¬aparición de la inflamación articular se asocia con desaparición de la infla¬mación intestinal, y su persistencia, con empeoramiento.
El estrés libera cortisol en sangre y aumenta los niveles de citoquinas proinflamatorias, aumentando la degeneración discal e influyendo en la muerte celular.
Además, las personas con síntomas de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar un episodio de dolor lumbar en el futuro, y el riesgo es mayor en pacientes con niveles más graves de depresión