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ESCENAS DE VIDA PARALELA

ESCENAS DE VIDA PARALELA

LAS PELÍCULAS-FANTASMA DE JACQUES RIVETTE

ALGARÍN NAVARRO, FRANCISCO

25,00 €
IVA incluido
Editorial:
ATHENAICA EDICIONES UNIVERSITARIAS
Año de edición:
2015
Materia
Cine / fotografía
ISBN:
978-84-16230-70-9
Páginas:
368
Encuadernación:
Bolsillo
25,00 €
IVA incluido
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Las películas de Jacques Rivette están llenas de agujeros, como un cuento al que se le han arrancado algunas páginas o los fragmentos de otras películas que podemos ver por una mirilla. Cuando los personajes miran a cámara, parecen hacerlo a través de una cerradura por la que ven sus propias visiones, o un catalejo de papel cartón a través del cual ven las nuestras. Se trata de un gesto único, de cineasta, puesto que convierte esa visión en la propia del cine, siendo aquí, quizá por primera vez, doblemente diferida. ¿Y nosotros? A nosotros nos convierte en dobles espectadores espectrales. Si la casa encantada de Céline et Julie vont en bateau es la del cine, lo será porque la película nos mira a nosotros también. Cuando ellas abandonan sus butacas, dejando ese contraplano vacío, nosotros ocupamos su lugar, y ellas, entre guiños, miran nuestra infancia desde la pantalla. Así, a la vez que se convierten en fantasmas en los planos de la vida paralela, nosotros pasamos a ser los nuevos espectadores de la casa fantasma, intercambiándonos con ellas, relevándolas. Poder ver sin proyectar nuestras sombras: eso es lo que compartimos con ellas, pero ésa es también la condición del espectador, convertido en un sujeto activo, el cual participa como si se encontrara ante un ejercicio de montaje en el que los fragmentos desordenados van adquiriendo a veces una forma lineal, o las imágenes se vuelven cada vez más nítidas, completas o presentes. Trabajamos para extender esos fragmentos de vida paralela en nuestra mente, planteamos hipótesis, imaginamos el fuera de campo del filme, aquello que nunca vemos pues se encuentra situado entre las imágenes, o entre las imágenes y las palabras. Con Rivette, el tiempo del relato da paso al del enigma o al del fantástico. Por eso, lo que ha mostrado en sus películas no son los reflejos de un mundo en otro, sino la circulación o la corriente entre ambos, las fisuras del cristal por las que podemos movernos, de modo que no veamos ya las imágenes de la película, sino los intervalos en negro que las separan.