SANTIAGO ROMERO DE ÁVILA
Poemario, como decimos, muy amorosamente ceñido a la preocupación y ocupación de un poeta que versa su lirismo en la significación del todo que somos. En este caso, por las incoherencias que nuestra sociedad crea y fomenta; y también por el abandono de tantos pueblos, villas y lugares, que se nos desmoronan y se nos van como un caudaloso río por el cauce de la desesperanza: lo que se ha dado en llamar la España vaciada, pues el libro «Y el corazón que dicte el testamento», suma un apólogo de claridades y tristezas, iniciándose, para que no haya dudas sobre lo que el poeta quiere decir, con el romance titulado: La casa derruida: