MANRIQUE, JORGE
Canto sereno, reposado y alentador de una muerte asumida, pero también enaltecimiento exquisito de la vida, angustia existencial que desencadena el conflicto trágico de ver esfumarse valores humanos que no quisiéramos ver malogrados.(...) Todo ello en el marco conflictivo de un siglo, mil cuatrocientos, atravesado en toda Europa por los afanes de ultratumba, con la contradicción que supone el contemplar cómo la época del humanismo, de la entrega al goce, de la aparente ausencia de toda inquietud, es al mismo tiempo la hora de "las congojosas preguntas". Edición a cargo de Carmen Díaz Castañón.
Rodrigo Manrique, Maestre de Santiago, muere en noviembre de 1487. A su muerte, su hijo, Jorge Manrique, concibió sus Coplas a la muerte de su padre, una elegía poética donde se combinan tradición y originalidad, elementos medievales junto con otros que anuncian el incipiente Renacimiento. No son sino una reflexión sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte, bajo el prisma de la resignación cristiana; pero acaban por ser también un canto a la vida en medio de la tradición cuatrocentista de la muerte.
Inspiradas en los precedentes clásicos medievales del género y en el Eclesiastés, también contienen alusiones a la historia reciente de Castilla e incluso a sucesos en los que pude estar presente el propiom autor. Por todo ello, se constituye en una de las obras capitales de la literatura española y, sin duda, en el mejor poema elegíaco de la poesía medieval.