TROUBS
El Alambique viaja de la mano de Alain por diferentes lugares durante años, forma parte de historias, gentes, paisajes, y todo esto, sumado a las sensaciones vividas por él y sus compañeros, lo conocemos por Troubs que a modo de diario escribe dibujando el recorrido que hace durante toda una temporada con Alain y su máquina. Ahora la máquina ya no viaja más, está en su lugar apacible y hermoso, esperando cada año la visita de nuevos y viejos clientes que pasen para hacer la gnôle y que le cuenten las novedades acaecidas desde la última visita. Pero lo que nuestra máquina, el alambique, desea de un modo muy especial es que sigan visitándola siempre, lo que significa entonces que el oficio artesano y tradicional de hacer la gnôle continua y así sigue viva a través de los tiempos.