ALBANO CRUZ
«Fenomenología de la Imago» es un libro de metafísica. En su arranque ocupándose de lo que parece constituir el mundo. Después, desemboca en nuestro hablar sobre lo que queda del mundo tras apresarlo. El autor arroja una primera parte con una exposición declarativa de clara influencia tractatus-wittgensteiniana, libro en la frontera entre el aforismo y la pedrada sin llegar a ser ninguna de las dos cosas. La segunda y tercera parte cuentan con una forma menos fragmentada, pero sin duda aún más descarnada, elección consecuente con lo abstracto de lo planteado y con la estética escogida: el brutalismo lógico. Una vez se comienza «Fenomenología de la Imago» queda claro que es un manuscrito de descubrimiento, aprendizaje y distanciamiento. Descubrimiento al optar por trayectorias poco transitadas o abandonadas. Aprendizaje por percatarse y asimilar cómo esas sendas se entrelazan y afectan entre sí. Y distanciamiento porque una consecuencia de lo anterior es, para autor y lector, la percepción de la holgura que separa nuestras creencias de lo que hemos hecho del mundo.