FERNÁNDEZ-PACHECO SÁNCHEZ-GIL, CARLOS
La repoblación en la provincia de la Mancha, que se encargaría de cubrir la parte norte de Sierra Morena fue mucho más limitada que la de Andalucía. La
reforma ilustrada se vio reflejada en la fundación de nuevas poblaciones que sirvieran de ejemplo para la reforma agraria que se pretendía realizar, y la mejor
forma de llevarla a cabo era crear asentamientos en zonas deshabitadas, que pudieran servir de ensayo para el resto del país. Estas sociedades modelo debían
ser el germen de un nuevo sistema urbano y económico que acabaría siendo imitado por el resto del país, para lo cual se debían establecer en territorios
vírgenes, en los que se crearía una nueva estructura no contaminada por los vicios y costumbres del Antiguo Régimen, basada en un correcto desarrollo de la agricultura.
La repoblación se realiza de forma tardía, cuando ya se había desarrollado completamente en tierras andaluzas, tanto en Sierra Morena como en los «desiertos» (comarcas despobladas) de La Parrilla y la Monclava, pues las nuevas poblaciones de Andalucía surgen a finales de la década de los sesenta y durante
los primeros años de los setenta, mientras que en la provincia de la Mancha se fundan con posterioridad a 1780 (Almuradiel en 1781 y San Carlos del Valle en
1787).
Mientras las poblaciones andaluzas fueron financiadas con fondos públicos, dos de las tres poblaciones de la provincia de La Mancha fueron creadas y financiadas con fondos privados.
