GARCÍA LORCA, FEDERICO
YERMA, cuerpo de tragedia típica que yo he vestido con ropajes modernos es, sobre todas las cosas, la imagen de la fecundidad castigada a la esterilidad. Un alma en la que se cebó el Destino, señalándola para víctima de lo infecundo. Y es de ahí, del contraste de lo estéril y lo vivificante, de donde extraigo el perfil trágico de la obra.Federico García Lorca(Entrevista a Alfredo Muñiz, 1934)Vista desde el ángulo más directo y más humano, YERMA está incompleta porque no tiene, ni va a tener, un hijo. Sin embargo, le falta mucho más que un hijo: le falta todo lo que lo haría posible: el amor, la ternura, la compasión, la pasión, la liberación, la curiosidad de explorar "la experiencia que se encuentra más allá de los límites familiares".C. Brian Morris: "Yerma, abandonada e incompleta"EL EDITORAntonio A. Gómez Yebra es Profesor Titular de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Málaga. Especialista en la poesía de la generación del 27, especialmente en Jorge Guillén. Ha publicado ensayos sobre el Siglo de Oro, y es autor de ediciones de "Tormenta de verano" de J. García Hortelano, "Angelina o el honor de un brigadier" de Jardiel Poncela, "Greguerías" de Ramón Gómez de la Serna y "Aire nuestro" de Jorge Guillén (en Clásicos Castalia); "Antología poética" de Miguel Hernández y "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez (en Castalia Didáctica); y la selección "Cuentos andaluces" (Castalia Prima). Su labor de creación para el público infantil le ha proporcionado diversos premios.
Yerma está incompleta porque no tiene, ni va a tener, un hijo. Sin embargo, le falta mucho más, todo aquello que lo haría posible: el amor, la ternura, la compasión, la pasión, la liberación y la curiosidad de explorar la experiencia que se encuentra más allá de los límites familiares. A través del largo tiempo dramático, lucha desesperadamente con su verdad, que cada vez se vuelve más conflictiva, y no ceja en ello hasta consumarla. La resolución final, la muerte del marido, es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega fatalidad.
Dentro del dramático juego universal en el que se mueven las criaturas lorquianas, la oposición entre las fuerzas de la vida, con su destino de libertad, y la opresión que sobre esas fuerzas se vuelca incluso hasta llegar a la muerte, YERMA emerge como una de las tragedias más luminosas del teatro español.