>Reflexionar acerca de la tarea de educar niños pequeños implica abrir la mirada hacia diferentes direcciones. Es posible reflexionar acerca de la historia de la formación de los docentes, acerca de las demandas que la sociedad cambiante les exige por estos tiempos, acerca de las características del desempeño de un rol profesional. Es posible pensar en las representaciones que los otros y las propias maestras (no son muchos los varones al frente de las aulas de infantil) han construido sobre sí; en los estereotipos y en las debilidades. Es posible también pensar en la valentía necesaria para recibir a diario a los niños, para mantener un espacio de alegría -a pesar de todo- en el cual la aventura de aprender pueda desplegarse. Y el conocimiento que se precisa para enseñar, educar, y cuidar a quienes estrenan cada día una porción de vida.